La situación de los
transexuales en España ha cambiado mucho en los últimos años.
Muchas personas siguen
asemejando a los transexuales con el mundo de la prostitución y el
espectáculo. Lo cierto es que esto se debe al desconocimiento sobre
estas personas. Homosexuales y bisexuales han ido consiguiendo poco a
poco la aceptación de la sociedad pero los transexuales lo están
teniendo más difícil.
Durante el franquismo,
gays y transexuales fueron encarcelados y maltratados debido a la Ley
de vagos y maleantes de 1954. Se pretendía
erradicarlos mediante palizas y hambre. En cambio, en 2007 aparece la
Ley de identidad de género,
la cual demuestra que sus derechos son iguales a los del resto de
personas. Esta ley también permite a los transexuales cambiarse de
nombre sin necesidad de pasar por el quirófano. Para ello es
necesario cumplir dos condiciones: llevar al menos dos años viviendo
de acuerdo al nuevo sexo y que un médico te haya diagnosticado
disforia de género.
Laura
Navarro: “Antes de comenzar el cambio era una persona solitaria,
triste y aburrida.”
Según la Organización
Mundial de la Salud, la transexualidad está catalogada como un
trastorno mental, lo que ha desencadenado en numerosas
manifestaciones. Hace aproximadamente un año, el Parlamento Europeo
acordó eliminar su consideración como patología, muestra del
considerable avance que ha notado este sector de la sociedad.
Laura Navarro es una mujer
de 30 años que se cambió de sexo hace 4. Ella afirma que ahora está
mucho más integrada en la sociedad que antes y es más sociable.
“Antes de comenzar el cambio era una persona solitaria, triste y
aburrida” son algunas de las palabras de Laura sobre su pasado. Por
suerte, no tuvo que cambiar de ciudad ni de trabajo y actualmente se
siente totalmente realizada. Aún así, algunos de los amigos de
Laura no tuvieron la misma suerte.
Estos cambios se hacen
posibles gracias a que la seguridad social cubre los gastos de las
cirugías de reasignación de sexo en España. Andalucía fue pionera
en implantar el tratamiento integral pagado con dinero público,
aunque el tiempo de espera aún es de un año o año y medio. Además,
solo hay cuatro unidades de identidad de género en España: Málaga,
Madrid, Barcelona y Bilbao. Esta práctica no está permitida para
los menores de 18 años. Algunos no son partidarios de dar
tratamientos hormonales a los menores, otros optan por administrar
unas hormonas inhibidoras que frena el desarrollo de las
particularidades de cada sexo. Dicho tratamiento es reversible.
La detención de estas
operaciones subvencionas daría lugar a recurrir a otras alternativas
más peligrosas como inyectarse silicona líquida en pechos u nalgas.
Sin olvidar que muchos acabarían en la prostitución para conseguir
el dinero y poder operarse. Por lo tanto, eliminar el cambio de sexo
de la sanidad pública es contraproducente, pues daría lugar a
infecciones y otras enfermedades como el SIDA.
Son múltiples los
prejuicios que hacen que la idea de que la transexualidad no es una
enfermedad choque con que necesite tratamiento médico. La solución
a este conflicto se encuentra en la diferencia entre un proceso
biológico que debe ser subsanado y un trastorno que necesita
tratamiento.
Antonio
Poveda: “Entre el 60 y 80% de los transexuales se encuentra en
paro.”
Muestra del crecimiento de
aceptación hacia los transexuales son los numerosos estudios que se
realizan. Un estudio de la Universidad Nacional de Educación a
Distancia, del Hospital Clínic de Barcelona y la Universidad de
Barcelona ha confirmado que la transexualidad tiene un origen
biológico. La corteza cerebral de las mujeres es más gruesa,
característica que comparte con los hombres transexuales. En el caso
de mujeres transexuales, uno de los núcleos subcorticales del
cerebro presenta una masculinización por su semejanza al volumen del
masculino.
La mayoría de
transexuales sufren problemas familiares, de inadaptación a la
sociedad y falta de educación debido a que dejan sus estudios antes
de lo normal. Como consecuencia, entre el 60 y 80% de los
transexuales se encuentra en paro, según dice Antonio Poveda,
presidente de la Federación Española de Lesbianas, Gais,
Transexuales y Bisexuales.
El índice de suicidios es
aún muy elevado y es necesaria una serie de políticas de
discriminación positiva para llegar a una situación de igualdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario